Mi psicólogo dice que estoy impregnada de euforia, que sudo euforia por cada poro de mi piel, que es mentira, que es 1 emoción pasajera, que intento ocultar mi dolor y no enfrentar el duelo.
Déjame que sea ahora mi pareja, que rehaga mi vida con ella, acabo de romper con el sufrimiento.
No soy 1 mariposa porque maté al gusano, no soy 1 caracol porque no tengo casa, no soy 1 pájaro porque no sé volar, no soy una leona porque me faltan ovarios, no lo soy ahora pero lo seré.
Resucitaré al gusano, me protegeré y me independizaré, ejercitaré mis alas, utilizaré mis ovarios.
Seré mi yo pasado, el real, el que quiero y debe ser.
me creé un personaje basado en pelis de culto, artistas de pacotilla, mejores artistas que personas, personajes con la connotación que en sí tiene esa palabra.
Y lo que pensé que sería lo más (guay),
se convirtió en una ruina, mi pesadilla.
Mi papel se integró en mi persona,
y ahora cuando me cuesta caro, me arrepiento, pero solo unos segundos.
Prefiero el dolor de la lucidez, el "pesar" de ser diferente, que ser normal... Una más.
yo no quise saber, no me enseñaron a dudar ni a preguntarme, si ésto es así o debe serlo,
víctima, verdugo… como tó el pueblo.
Pero he aprendío, he abierto los ojos,
tengo ovarios y conocimiento,
ahora no van a podé conmigo,
nunca pudieron,
siempre resistiendo,
saldré de ésto... del infierno.
Techo y comía, pa mi vía
techo y comía pal niño de mis entrañas
techo y comía pa toas las personas
techo y comía no es limosna
Lucharé por mí y por los demás,
ésto se va a acabá,
hay más gente en esta realidá, sufriendo, que la quiere cambiar, nunca es tarde para despertá.
La lucidé me ha atrapao, y no me dejará escapá, dejé de rezá y me puse a trabajá, sé que tó está en mí y en los demás, políticos preparaos giro de 180º grao, es hora de que pagueis vuestros pecaos... se acabó el está sentao.
Y es que a veces sueño, y es que a veces vuelo, a veces me siento, porque a veces no puedo. Y a veces soy nadie, a veces soy nada, a veces asusto, a veces fantasma. Y a veces me escondo,
a veces me abro,
a veces soy yo,
a veces, a veces, a veces… vivo a veces, soy a veces…
Comienza mi día, comienza mi noche, con la cara entristecía. Comienza mi vida, comienza mi noche, poniendo mi mejor cara. Y es que a pesar de tó, y es que a pesar de tó, voy a salí de aquí. Voy a salí gracias a mí. Voy a salí, por ti y por mí.
Y allí estaban ellas solas, rodeadas
de naturaleza. Nadie a su alrededor miraran hacia donde dirigieran su mirada,
solo algún animal que volaba por encima de ellas y les hacía no sentirse tan
solas, aunque por esta vez la soledad no les supusiera ningún miedo ni un
castigo sino la mejor de la oportunidades para gozar del mejor de los regalos.
El cielo radiante por la luz
deslumbrante del sol y el azul intenso del cielo, mediados de julio, calor, un
vientecillo que lo atenuaba, el silencio de la naturaleza, verde hierba por
todos lados, gris piedra también. Pero lo que más, el azul cristalino de las
pozas nacidas de la naturaleza que les permitía penetrar con sus ojos en lo más
profundo de las mismas, sus adentros, sus secretos…
Estaban quietas, habían parado un
rato después de caminar. Realmente la
naturaleza era la que les había ordenado pararse, sin necesidad de una señal o
un aviso solo con el atractivo incuestionable e irresistible de su belleza. No
hablaban entre ellas, disfrutaban de ese momento, a su manera, en su interior,
con la soledad de su propia persona.
Después de unos minutos, cruzaron
sus miradas. Parecía que se buscaban, necesitaban compartir las sensaciones que
habían experimentado, querían decirse algo, pero no pronunciarlo. Sus ojos
conectaron con una mirada que transmitía y brotaba de sus adentros todo lo
sentido: ¡Cuánta belleza! ¡Libertad! ¡De nuevo aquí y juntas, solo nosotras
dos! ¡Cuánto nos dan los scouts! Y una serie de sensaciones y sentimientos que
las palabras no son capaces de llegar a expresar con su uso.
Tras hablarse con la mirada y ese
largo rato acaecido según el reloj y corto según su mente, el silencio entre
ellas cesó y una de ellas rompió con las miradas y se decidió a hablar. Estaban
frente a una poza enorme, de agua cristalina, hacía calor, el sol apretaba con
fuerza… Su cuerpo se lo pedía o quizás era la naturaleza la que de nuevo volvía
a incitarle a ello.
-“Vamos a
bañarnos, vamos…”
Le dijo a su compañera dejándose
llevar por su característica impulsividad y sus ganas de bañarse que le habían
acompañado desde que descubrió ese placer en su primer campamento de verano.
Tiró la mochila, la mochila que
cargaba durante todo el camino y que permaneció en su espalda todo ese tiempo
sin notar su considerable peso. Se quitó la ropa con rapidez y ansias por lo
que con ganas le esperaba. De repente, sus ganas y sus ansias se paralizaron.
Ella también se paralizó, la naturaleza volvió a pararla. Se quedó quieta en el
sitio donde se había desnudado, miró a su alrededor en todas las perspectivas
posibles, a todos los lugares a donde su vista le permitía llegar. Respiró
profundamente y sintió una sensación que jamás nunca antes había experimentado.
Se sentía libre, llena de vida, feliz… Una serie de sentimientos y sensaciones
tan diversas e intensas que jamás pensó que la naturaleza podría hacerle
experimentar.
Y ahí estaba ella, como la
naturaleza, desnuda, en estado puro. Quizás, la naturaleza quería que se
sintiera como ella, quería compartir ese placer y esa belleza de verse la una a la otra al natural.
Y conforme él se crecía,
ella se volvía más pequeñita.
Y si ella era feliz,
él estaba triste.
Y ellos decían que se querían,
que era amor pero no.
Era 1 lucha de poder,
era conveniencia e interés.
Ellos no sabían querer,
no conocían el amor
porque no se amaban a ellos mismos.
¿Y qué hago yo aquí?
Contigo, sin mí.
Perdida como jamás nunca lo había estado,
más sola que la una.
Enjaulada como ese pájaro que tanta pena me daba ver,
desubicada, desarraigada, desprendiéndome de mi pasado
y de personas.
Y sobretodo sin importarte nada, porque solo te importas tu vida y tú
Y no soy nada tuyo , nada por y para ti