martes, 22 de mayo de 2012

Si llamas que sea para entrar y quedarte.


Llamas a mi puerta, otra vez.
No sé si asomarme, 
no sé si bajar y abrir...
Siempre ocurre lo mismo;
me asomo y no hay nadie,
bajo, abro y  no nay nadie.
Como los timbreros,
esos que llaman a tu puerta y corren,
solo por jugar y divertirse un rato.
Así eres conmigo, amor...

No hay comentarios:

Publicar un comentario