La inspiración
llega y no me pilla trabajando.
Yo no la fuerzo,
ella está al mando.
Como si de una
relación se tratara,
ella es mi amada.
Yo la quiero,
y la
cuido para que nunca se
vaya.
Aunque a veces la
trato mal,
es que tiene
mucho potencial,
y quiero que lo
vean otros.
Mostrarla al mundo
en forma de bagatelas,
ver como fluyen
sin forzarlas me alegra.
Quisiera saber la
razón de su aparición,
cómo todo
comenzó.
Pero lo nuestro
es esa relación típica,
que van cortando
y volviendo,
pero siempre
siguen sintiendo.
Ella aparece
disfrazada muchas veces,
le gusta vestirse
de mujer, de hombre, de político o de sacerdote.
Siempre me
sorprende,
y cuando siento
que se acerca,
todo cesa y me preparo para la tormenta.
A veces rayos, a veces llueve, a veces es
granizo, a veces nieve.
Lo cierto,
es que no me deja
indiferente,
siempre se
percata la gente.
Ella llama la
atención porque no es corriente,
siente emociones
y las padece.
La inspiración es
síntoma,
de que soy todo pasión.
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