lunes, 23 de abril de 2012

Mis historias reales que parecen ficticias (de pelis).

¿Nunca te ha pasado que un día cualquiera de esos que vas por la calle sin más aparece una persona que llama tu atención?

Una de esas personas que dices: ¡Guau! Un flechazo en toda regla.

Por desgracia esas personas sólo las ves una vez en la vida, disfrutas esos segundos o minutos que puedes observarlas pero después desaparecen para siempre como si nunca hubieran existido.

Y piensas qué genial sería volver a verlas de la misma manera que las vistes por primera vez, de casualidad, pero no, nunca pasa, bueno, casi nunca pasa porque por suerte o por desgracia yo creo que por buena suerte: un día que yo iba caminando de vuelta de la playa vi desde la ventana del coche a un chico y dije: ¡Guau, un flechazo!

Pero como habitualmente pasaba, no me ilusioné al ser consciente de que jamás nos volveríamos a ver.

 Pero otro día también te encontré cruzando ese mismo semáforo, a la misma hora...

Y dije: Esto no puede ser...

 Y me fuí ilusionando, innato e inevitable en mi persona.

 Y paseando por el Centro por donde pasaba habitualmente, pura rutina, sin quererlo te encontré, ahí estabas tú tras un mostrador.

¿Quién hubiera pensado que te encontraría allí?

 Sólo me dio tiempo a verte unos segundos, la moto corría para no pillar el semáforo en rojo, pero hice que se paraba y me dejara en el lugar más cercano: era mi oportunidad no podía dejarla escapar.

 Estas cosas no pasaban todos los días. El destino, el karma, la buena suerte... La vida me había premiado contigo, con poder conocerte y yo no iba a ser menos y lo iba a dejar pasar.

 Entré, decidida, bueno... Un poco nerviosa y sin saber cómo actuar.

 - ¿Estás ocupado?

 Nunca olvidaré nuestras primeras palabras.

 Lo que aconteció después no me gustó para nada pero yo me lo busqué, yo tuve la culpa.

Las cosas pudieron ser de otra forma y aún podrían cambiar...

 Y la historia aún sigue pero el resto de lo que pasó y lo que a día de hoy pasa me lo guardo para mí y ya se lo contaré a él.

No hay comentarios:

Publicar un comentario